Imagen: Investopedia – 2021
Colombia sigue experimentando un crecimiento sostenido en
emprendimiento. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), es el tercer
país más dinámico en emprendimiento de América Latina, después de México y
Chile. Así mismo, Colombia ocupó en el último reporte del GEM el puesto número
11 en el mundo en porcentaje de nuevos empresarios.
“La pandemia hizo que muchas personas vieran en el emprendimiento una
salida a la coyuntura económica, y quienes ya tenían un negocio en crecimiento
tuvieron que digitalizar su modelo de alguna forma para seguir atendiendo a las
necesidades de sus clientes”, describe Cristina Arrastía, vicepresidenta de
Negocios de Bancolombia. Y así lo confirma un estudio del Centro de Innovación
de Emprendimientos Incuba y el Grupo de Estudio en Administración del Cesa, que
muestra que el 37% de sus encuestados utilizó nuevas tecnologías como nuevo
canal de comercialización.
Sin embargo, a la hora de comenzar con su sueño productivo, muchos
emprendedores dejan de lado un elemento clave para su crecimiento: el manejo de
sus finanzas. Y es que “además de la formalización del negocio, que resulta
indispensable para contar con mejores condiciones al momento de realizar
negocios y obtener crédito, un buen manejo de las cuentas garantiza en gran
parte la permanencia del emprendimiento en el tiempo, por cuanto asegura una
toma de decisiones responsable”, agrega Arrastía.
Por eso, Bancolombia ofrece cinco consejos para un bienestar financiero
que les permita a los emprendedores crecer de manera efectiva y organizada:
1. Separar las finanzas personales de las del negocio: es importante
tener claro que los ingresos y gastos personales se deben manejar de manera
independiente de los ingresos y gastos de su negocio. Para eso, debería crear
una cuenta de ahorros específica para su empresa, diferente a la personal. Esto
le permitirá tener las cuentas claras y recibir beneficios como capitalización
sobre el dinero ahorrado, realizar pagos directos a proveedores, pagar créditos
corporativos e incluso hacer el pago del salario fijo que usted se debería
fijar. Así evitará tomar prestado de los ingresos que está generando su negocio
y, como consecuencia, confundir sus cuentas.
2. Organizar y monitorear la información financiera: muchas son
las preguntas para tener presentes en este capítulo, como por ejemplo: ¿cuánto
cuesta mensualmente operar mi empresa? ¿A cuántos empleados puedo pagarles?
¿Cuánto debería pagar a mis colaboradores? ¿Cuáles son los meses en que vendo
más o menos? ¿A quién le estoy vendiendo? ¿Cuál es mi cliente más rentable? De
la misma manera, resulta clave preguntarse cuál es la rentabilidad de su
producto o servicio, cuál es su punto de equilibrio y monitorear indicadores
clave como el aumento de clientes, entre otros. Mientras más información,
mejor.
Hoy, la tecnología es fundamental para este ejercicio y le facilita la
vida a todo emprendedor. Ya no hay necesidad de anotar cada pago en una
libreta. Para eso existen aplicaciones que le permiten llevar el registro tanto
de sus ingresos como de sus costos y gastos. Por eso es tan importante
separarlos de los personales. Hay apps diseñadas exclusivamente para
emprendedores que facilitan programar notificaciones para recordar cuentas por
pagar o por cobrar, y hacer una consulta constante de todos sus movimientos
financieros. Así mismo van generando una contabilidad anticipada para la toma
de decisiones.
3. Digitalizar el negocio y gestionar la liquidez: tener
organizado el flujo de efectivo es importante, pero es incluso más importante
contar con métodos de pago digitales que le faciliten la vida tanto a su
comprador como a usted. La pandemia nos enseñó que estas herramientas digitales
son un factor de crecimiento que cada día cobran más relevancia. Opciones es lo
que hay: pasarelas de pago para poder hacer transacciones desde cualquier
cuenta, códigos QR para hacer transferencias inmediatas e incluso datáfonos
virtuales. Todo esto anticipa la disposición del dinero en las cuentas y evita
costos adicionales.
4. Formalizar y elegir la fuente de financiación adecuada para su
etapa emprendedora: la mayoría de las empresas comienzan con un capital que
proviene del emprendedor, pero muchas veces esto no es suficiente y se necesita
buscar un capital semilla que lo impulse. No hay que temerle a la búsqueda de
financiación: hoy en día hay muchas entidades con opciones destinadas a
emprendedores, y dentro de ellas están los bancos y los fondos de
cofinanciación. Escoja la mejor opción según las condiciones de su negocio. Por
otro lado, algunas de estas financiaciones ofrecen apoyos adicionales, como
conocimiento complementario vía cursos y espacios de relacionamiento con
clientes u otras empresas. Pregunte por esos servicios asociados en su entidad
y aprovéchelos.
Ahora bien. Para tener las mejores condiciones de crédito es importante
dar cuenta de un negocio organizado y con proyección. Para eso es indispensable
formalizarse en el inicio del emprendimiento. Tener al día documentos como el
RUT y el registro mercantil ofrece puntos a favor al momento acceder a un
crédito, pero también a la hora de participar de programas públicos y privados
de acompañamiento al emprendedor.
5. Conocer la capacidad de endeudamiento: es importante cuidar
las finanzas del negocio y entender cuál es su capacidad de pago a la hora de
pedir un crédito. Hay distintas formas de calcularlo. Por ejemplo, la fórmula
(obligaciones y deudas totales/ ingreso neto al mes) x 100%, que le dará el
porcentaje de capacidad de endeudamiento. Así mismo, es importante destinar una
parte racional del ingreso a la deuda. Con esto puede tener una idea clara de
cómo organizar sus finanzas para crecer su negocio y al mismo tiempo cumplir
con los pagos. ¡Cuidar el endeudamiento es cuidar la propiedad del
emprendimiento!
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